Uno currando y diez mirando

Ya he escrito con anterioridad sobre El mito de La Comunidad y sobre cómo la práctica totalidad de los desarrollos realmente notorios los ha escrito un grupo muy reducido de personas (amenudo una sola).
En ocasiones me gusta bromear diciendo que «el trabajo en equipo es un montón de gente haciendo lo que yo digo». En realidad no creo eso, pero sí creo que, todavía, y quizá por largo tiempo, la mejor manera de abstraer, sintetizar, coordinar, homogeneizar y ocultar la complejidad de algo tan complicado como un programa informático es dentro de la cabeza de una sola persona.
Ese es más o menos uno de los hallazgos del los Casos de Estudio de Mozilla y Apache de Audrius Mockus, Roy T. Fielding y James Herbsleb preparados para su publicación en ACM Transactions on Software Engineering and Methodology.
Es decir, incluso en los proyectos más grandes el grupo que realmente desarrolla el producto es pequeño.
Lo que considero más interesante del estudio es la hipótesis 4ª del apartado 3.3:
Los desarrollos Open Source que tengan un núcleo fuerte de desarrolladores pero no consingan un gran número de contribuidores más hallá de dicho núcleo, serán capaces de crear nuevas funcionalidades, pero fracasarán debido a la falta de recursos dedicados a encontrar y subsanar defectos.
¿Se entiende ahora un poco mejor porqué por mucho dinero que metas en un desarrollo propietario es prácticamente imposible dejarlo igual de estable que uno abierto?

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